Pedaleando por la provincia de Guadalajara
José Luis aprovechó dos días de vacaciones en diciembre para conocer zonas remotas de Guadalajara, en un viaje en solitario con su bici de gravel.
Diciembre 2025
Cuando uno tiene 2 hijos pequeños (2 y 4 años) el tiempo disponible para el ciclismo baja dramáticamente, no obstante, sigo intentando sacar huecos para pequeñas escapadas en solitario. A mediados del mes de diciembre aproveché los 2 días que me quedaban de vacaciones para improvisar una pequeña escapada por la provincia de Guadalajara. La condición era que debía estar en casa antes de las 20:30 de la noche para dar el relevo a mi mujer, que ese día tenía cena navideña.
Busqué un recorrido que fuera accesible en transporte público y que me permitiera dormir en un hostal en algún pueblo remoto. Tras investigar un poco decidí coger un tren regional hasta Sigüenza y empezar a pedalear dirección sur para llegar hasta el Parque Natural del Alto Tajo, durmiendo en Armallones. La siguiente y última etapa consistía en pedalear dirección oeste atravesando la Alcarria para finalizar en Guadalajara, coger un tren de cercanías a Madrid y llegar a casa antes de la hora límite.
Finalmente me salieron unos 240 km perfectamente asequibles para cualquier persona acostumbrada a montar bici. El primer día transita por zonas remotas sin apenas contacto humano en todo el recorrido, el segundo día pasar por pueblos grandes donde es fácil avituallarse.
En mi caso, fueron 2 días de ciclismo, pequeñas aventuras y desconexión de las rutinas familiares y laborales.
ETAPA 1: SIGÜENZA – ARMALLONES / 102 km / 1.870 m+
Esta etapa es en gran parte “off road” y salvo algún pequeño tramo es perfectamente apta para bicicletas gravel. Comenzamos en Sigüenza, una localidad que merece una visita por si misma, pero como ya la conozco de anteriores visitas, me limito a desayunar un pincho de tortilla y comenzar a pedalear.
Los primeros kilómetros son por pistas en muy buen estado atravesando colinas y parcelas en barbecho esperando a la primavera para ser sembradas. Así voy atravesando algunos pueblos donde no veo a nadie, algún gato parece ser el único ser vivo que habita esta comarca en los fríos inviernos.
En torno al kilómetro 40 llego a Anguita, un pueblo un poco más grande donde por primera vez veo gente y una pequeña tienda, donde compro algo para comer. Este será el último contacto humano hasta la llegada a Armallones. Después de Anguita comienzo a subir por la carretera y antes de llegar a la cima me desvío por un camino que tiene tramos en subida muy rotos que obligan a empujar la bici hasta salir a una pista preciosa que va cresteando ofreciendo vistas espectaculares.



Tras esta pista se baja pronunciadamente hasta el fondo del valle que se convierte en un cañón. Aquí desaparece la pista varios centenares de metros y hay que ir porteando la bici por la orilla de un río, vadeándolo en varias ocasiones. Resulta difícil hacer este tramo sin mojarse los pies.
Se sale de la pista cerca de Riba de Saelices y sigo por carretera hasta Ablanque y posteriormente dirección sur hasta tomar otra pista que lleva hasta el Puente de Taguenza. Esta pista ofrece unas vistas espectaculares del valle hasta que se convierte en sendero los últimos centenares de metros antes del Puente de Taguenza, que es el único punto de la zona que permite cruzar el rio Tajo, en un punto que se encañona y se vuelve muy estrecho.
Como en invierno los días son muy cortos y está empezando a atardecer y a bajar la temperatura me veo obligado a seguir pedaleando aunque me hubiera gustado disfrutar más tiempo del Puente de Taguenza y su entorno. En este punto toca portear la bici otra vez por una sendero que sube hasta otra pista que está en muy buen estado y lleva directamente hasta Armallones. Disfruto de un atardecer precioso y pedaleo los últimos 10 km de subida constante con noche cerrada.
En Armallones duermo en Casa Gerardo, un pequeño hostal regentado por una joven pareja. Como tiene un pequeño restaurante se puede cenar y desayunar ahí.
ETAPA 2: ARMALLONES – GUADALAJARA / 132 km / 1.520 m+
Amanece un día muy frio en Armallones y tengo que decidir entre 2 posibles rutas para llegar a Guadalajara. Me decido por la opción fácil porque siento el cansancio del día anterior y porque la otra opción implica comenzar con una bajada de 10 km en una mañana heladora. Así que hoy toca una etapa más larga pero, en gran parte, por asfalto, lo permite rodar rápido y los kilómetros pasan rápidamente.
Tras desayunar y despedirme de mis anfitriones salgo dirección sur para enlazar con la carretera CM-2015 y llegar lo antes posible a Trillo (km 50 aproximadamente) donde paro a tomar un café y un pincho de tortilla. A la salida de Trillo tomo una pista que me lleva a Solanillos del Extremo y de nuevo otra carretera hasta Brihuega (km 80 aproximadamente). Brihuega es el pueblo más importante de la Alcarria y merece una visita con más tiempo, pero limito mi visita a una vuelta rápida con la bici y comer.
A partir de Brihuega atravieso los famosos campos de lavanda de la Alcarria, aunque en esta época del año no lucen como en verano y subo una última cota para afrontar la bajada final a Guadalajara con las últimas luces del día. Sobré las 18:30 cojo el tren de vuelta a Madrid y a las 20:00 llego a casa con media hora de margen sobre la hora límite. Objetivo cumplido.


